Las manos, junto con el cutis, adquieren un papel protagónico a la hora de mostrar a otros la cuidadosa atención que se les profesa. Por ello, resulta trascendental mantenerlas en un estado óptimo, bien hidratadas y con el mejor aspecto posible. Y es obvio, que una parte vital de ese esmero debe aplicarse a las uñas, esas pequeñas formaciones queratínicas que tan inolvidable impresión pueden causar.
Una manicura perfecta abarca la remoción del sucio de las uñas y de la cutícula en exceso que crece a su alrededor, una hidratación profunda de la piel y por último, corte, limado y la aplicación de esmaltes y diseños que embellezcan a satisfacción de la mujer esa área de su anatomía. Un procedimiento similar, pero con ciertas diferencias, por causa de las callosidades de los talones y zona plantar, se aplica a los pies y recibe el nombre de pedicura.
Los cursos de manicure no deberían faltar en la formación de toda mujer; ya que ningún vestido de fiesta, maquillaje profesional o peinado elegante está completo sin unas manos impecablemente cuidadas y decoradas. Y dada su funcionalidad, exposición a los elementos y productos detergentes esta es una de las zonas del cuerpo que con mayor rapidez muestran el maltrato y el envejecimiento.
Cada persona es única y existen en consecuencia diferentes tipos de uñas, que conviene aprender a identificar y asimismo a aplicarles los cuidados pertinentes. Por ejemplo, las quebradizas son débiles y necesitan productos más suaves, las amarillas requieren ser decoloradas y revitalizadas, las estriadas exigen una hidratación especial y cambio de hábitos, etc.
Si quieres lucir manos delicadas y tersas, aplícales una manicura profesional una vez a la semana. Después de tomar el curso, estarás preparada y en capacidad de cuidarlas a la perfección y hasta ganar un dinero extra al decidirte a ofrecer tus servicios a parientas, vecinas y amigas, que te quedarían así muy agradecidas.